Los medios de comunicación han despertado hoy con una noticia que vuelve a sembrar la polémica de la moral y la ética:
Carmela Bousada, de 67 años, tuvo el pasado 29 de diciembre mellizos. Por supuesto, por fecundación
in vitro. Lo indignante del caso es que mintiera sobre su edad para poder llevar a cabo su deseo de ser madre.
<Carmela Bousada, oriunda de Cádiz, cumplió su sueño de ser madre el pasado 29 de diciembre, cuando tuvo dos mellizos siete días antes de cumplir los 67 años, según cuenta en una entrevista concedida a un diario británico.
"Creo que todas las mujeres deberían ser madre en el momento adecuado", afirma Bousada.
"A menudo -explica-, las circunstancias te ponen en una situación difícil. Quizás las cosas no deberían haberse hecho de una determinada manera, pero ésa era la única forma de lograr lo que yo siempre he soñado y lo hice".
La orgullosa madre relata que vendió su casa en España por unos 45.000 euros para poder pagar el tratamiento de fecundación in vitro en la clínica Pacific Fertility Center de Los Ángeles (EEUU), que establece un límite de edad de 55 años para esa operación.
Sin embargo, Bousada, que compró mediante catálogo óvulos y espermatozoides de donantes, mintió a los médicos y aseguró tener los 55 años.
"Nadie -señala- me preguntó por mi edad o mi pasaporte. Ahora puedo parecer cansada, pero antes del alumbramiento estaba delgada y parecía mucho más joven".
El doctor Vicken Sahakian, director de la clínica, confirmó que trató a la española, pero subrayó que la política del centro obliga a comprobar el pasaporte de sus clientes.>>
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¿Es ético dejarse llevar por los deseos de ser madre, sin tener en cuenta que esos niños no disfrutarán de una madre más que diez años (si es que no la palma antes)?
Esa mujer, ¿pensó sólo en ella misma o también pensó en solucionar el futuro de orfandad que les espera a estos niños?
Personalmente, creo que esta mujer, sin marido ni casa, hizo todo lo posible para ver su deseo de ser madre cumplido, sin pensar mucho en el futuro de sus vástagos. El egoísmo es tan evidente, que no considero que sea justo para esos dos niñitos haber venido al mundo de esta forma. Es triste perder a un ser querido, y más a una madre, pero imaginemos lo que esos dos mellizos sentirán cuando, en pleno crecimiento infantil-adolescente, vean como se quedan huérfanos de una octogenaria que, previsiblemente, no podrá acompañar a sus hijos a parques de atracciones, ni a conciertos, ni siquiera podrá llevarlos a la cabalgata de reyes.
Y es que, pese a que ella se haya sentido joven para realizar esta difícil operación, el paso del tiempo sigue su curso. Los mellizos tienen ya 32 días, un mes de vida, y ella, 67 años.
Qué extraña es la naturaleza humana, y que duras son algunas de las decisiones que se toman en la vida.
Un saludo.
Rocío Segovia.
Llevamos 29 días del 2007, y ya
tres mujeres han perdido la vida víctimas de malos tratos. Por favor, recapacitemos un poco, mujeres:
quien bien nos quiere no nos hace llorar, ni nos maltrata. No nos dejemos matar por amor.