La polilla no tiene la belleza de la mariposa.
Sin embargo, la vida le ha hecho más fuerte.

Someone like you


I heard that your settled down.
That you found a girl and your married now.
I heard that your dreams came true.
Guess she gave you things I didn’t give to you.

Old friend, why are you so shy?
It ain’t like you to hold back or hide from the lie.

I hate to turn up out of the blue uninvited,
But I couldn’t stay away, I couldn’t fight it.
I hoped you’d see my face and that you’d be reminded,
That for me, it isn’t over.

Nevermind, I’ll find someone like you.
I wish nothing but the best for you too.
Don’t forget me, I beg, I remember you said:
“Sometimes it lasts in love but sometimes it hurts instead”
Sometimes it lasts in love but sometimes it hurts instead, yeah.

You’d know how the time flies.
Only yesterday was the time of our lives.
We were born and raised in a summery haze.
Bound by the surprise of our glory days.

I hate to turn up out of the blue uninvited,
But I couldn’t stay away, I couldn’t fight it.
I hoped you’d see my face & that you’d be reminded,
That for me, it isn’t over yet.

Nevermind, I’ll find someone like you.
I wish nothing but the best for you too.
Don’t forget me, I beg, I remember you said:
“Sometimes it lasts in love but sometimes it hurts instead”, yay.

Nothing compares, no worries or cares.
Regret’s and mistakes they’re memories made.
Who would have known how bittersweet this would taste?

Nevermind, I’ll find someone like you.
I wish nothing but the best for you too.
Don’t forget me, I beg, I remembered you said:
“Sometimes it lasts in love but sometimes it hurts instead”

Nevermind, I’ll find someone like you.
I wish nothing but the best for you too.
Don’t forget me, I beg, I remembered you said:
“Sometimes it lasts in love but sometimes it hurts instead”
Sometimes it lasts in love but sometimes it hurts instead, yeah.

Sublime!

Siempre fuiste mío

Hoy me he despertado tarareando esta canción, que tantos recuerdos me trae. De hecho, el disco en el que se encuentra recogida esta canción fue uno de los primeros que me compré con mi propio dinero, y sin duda marcó un antes y un después entre la música adolescente de los BackStreet Boys y la "buena música" que ahora escucho. Muchos se ríen cuando reconozco que me gusta Mónica Naranjo... quizás porque se quedan en la cantante más folclórica, la de la mitad rubia y la mitad negra... pero pocos se paran a escuchar este tipo de canciones, más sombrías, en las que deja salir su inmensa voz.

Aunque tú no lo sepas


Aunque tú no lo sepas
nos decíamos tanto
con las manos tan llenas
cada día más flacos.
Inventamos mareas tripulábamos barcos
y encendía con besos
el mar de tus labios.

Uy, melancolía...

La polícía "del pueblo"

Transcribo este artículo de la web Periodismo Humano sobre un fotógrafo cordobés víctima de la violencia gratuita de las "fuerzas del orden". Os recomiendo que leáis por entero el artículo que el propio Daniel Nuevo colgó en su web (ahora caída al recibir tantas visitas) y ver el vídeo en el que se ve qué estaba haciendo para recibir el golpe que por poco lo mata: una fotografía.


Relato del fotoperiodista apaleado que aparece en el video, Daniel Nuevo (@duendecolorao).

Vuelvo en el metro camino a casa. Hace diez minutos estaba en la calle Atocha tirado en el suelo recibiendo porrazos, puñetazos y patadas por parte de nuestras Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado. ¿Por insultar? ¿Por provocar? ¿Por arrojar objetos? Pues no. Solo por fotografiar una agresión policial a una chica que cometió el delito de pasar por allí y no llevar mochila del JMJ.
Tras la carga policial en la Calle Carretas, hubo una aparente calma. Vi a un grupo de 15 integrantes de las FCSE dirigirse por la calle Atocha en dirección a la parada de metro de Antón Martín. Un grupo de personas entre las que había peregrinos e integrantes de la concentración laica de Sol bajaba por la acera contraria. Decidí seguir la “expedición”. De entre el grupo se oyeron algunos insultos dirigidos a los policías. De repente, la policía cortó la calle. Interrumpieron el tráfico y crearon una barrera que impedía el paso. Iba a la altura de ellos y tras identificarme como fotógrafo me ordenaron situarme detrás de ellos.

Comenzaron a filtrar a la gente que podía pasar en función de la mochila que llevaban. La primera chica que no llevaba mochila de la JMJ fue inmediatamente identificada como la que les había insultado. Había más gente, pero él (en todo momento fue la persona que estaba al mando quién llevó la voz y mano cantante en las palizas) necesitaba su dosis de ostias. Primero fue un tortazo, después un porrazo tras otro. En ese momento comencé a hacer fotos, 2 exactamente. El flash me delató, y dirigió todas sus energías hacia mí. “La cámara, dame la puta cámara” fue lo que escuché inmediatamente antes del primer porrazo.

No entendía nada. Solo estaba haciendo fotos y más cuando previamente me había identificado como fotógrafo y me habían indicado el lugar en el que podía estar, que en ningún momento abandoné. Solo acertaba a preguntar “¿Por qué?” y proteger la cámara. En ese momento recibí varias patadas y puñetazos, culminados por otra ronda de porrazos. “La cámara, que me des la puta cámara te he dicho”.

Ví que tenía mucho que perder. Estaba solo y sin testigos (o eso creía yo), usando mi propio equipo. No creía que las fotos que había hecho compensaran poner en riesgo la cámara y los objetivos. En ese momento comencé a decirle que le daba la cámara pero que pararan. Parece que estas palabras calmaron su ira hacia mí y volvió a dirigirse a la chica. Un compañero suyo comenzó a gritarme que me fuera, me levanté e intenté salir corriendo. Iba con la cabeza agachada y topé con otro policía. Me ordenó quedarme en el suelo y le dije lo que me acababa de decir su colega.

Pero vino lo peor. Un porrazo en la nuca que me paralizó por completo durante unos segundos. De pronto dejé de sentir que tenía un cuerpo y me desplomé. Caí al suelo de una pieza. Ahí supe qué es el miedo. No sentía mi cuerpo, daba órdenes a mis brazos para sujetar la cámara pero eran inútiles. Desde el suelo seguía viendo como me miraba un policía. Se me nubló la vista y perdí la conciencia durante un par de segundos. Cuando la recobré, el jefe había ordenado retirada. El policía que me miraba se estaba yendo cuando vió un objeto en el suelo “¿De quién es esta funda?”. “Mía” conseguí decir, a lo que el respondió tirándomela a la cara. Supongo que después de como me habían tratado, agacharse y dejarla al lado de quién habían estado apaleando era demasiado…

Y ahí me dejaron. Tirado en el suelo después de la paliza por hacer dos fotografías. Rápidamente se acercaron dos hombres. Me ayudaron a incorporarme y me preguntaban como estaba. Yo solo pensaba en salir de allí, era lo primero. No me sentía seguro en la calle, en nuestra calle. Temía que volvieran y sabía que esta vez sería peor. Comenzaron a calmarme asegurándome que ya se habían ido, pero en mi estado era incapaz de creerles. Pero lo consiguieron. Nos refugiamos en una calleja, donde poco a poco comenzamos a hablar tranquilamente. Uno de ellos me dijo que había estado grabando todo el tiempo. Afortunadamente no lo vieron, sufre problemas de espalda y si lo hubieran visto habría recibido lo mismo que yo pero las consecuencias habrían sido mucho más graves.


Gracias a ellos volví a pensar friamente. Me acordé de la chica a la que habían abofeteado y en el chico que intentaba protegerla. Recordé toda la escena y cómo había sucedido. No era capaz de comprender lo que había pasado, creía que en un estado “moderno” como el nuestro no pasaban estas cosas. Que no se apaleaba a la prensa por hacer fotografías. Que no se dejaba a su suerte a una persona en la calle tras haberle propinado un porrazo en la nuca que hizo que se desplomara. Creía…Ingenuo.

Ahora te hablo a tí, señor policía con agentes a su cargo y con la mano ligerita. Has intentado callarme, evitar que hiciera el trabajo que amo, el que me permite denunciar abusos como los tuyos. Has intentado coartar mi libertad de expresión. Has intentado que borrara las fotografías que probaban tu brutalidad. Has intentado quitarme mi herramienta de trabajo a base de porrazos. A pesar de todas estas ilegalidades manifiestas, ¿sabes qué, amigo de las FCSE?. No te guardo rencor más allá del dolor físico. Solo lo has intentado, no lo has conseguido ni lo conseguirás. Al revés, me has dado alas. Alas para confirmar que es esto lo que he querido hacer durante toda mi vida. Alas que me permitirán seguir denunciando injusticias como las que perpretas bajo tu placa…ah, no que no tenías. Ha sido la primera paliza que recibo por informar y me temo que no será la última. Creeme cuando te digo que la olvidaré. Me has bautizado, y en esta confesión no apostata ni Dios.

PD: Todo este relato puede ser corroborado por un video (que subiré en cuanto me lo ceda su autor), relatos de testigos y marcas en mi cuerpo.

PD2: Infinitas gracias a Carlos y al otro hombre (lo siento pero no recuerdo tu nombre…) por ayudarme, por cuidar de mí cuando lo necesitaba. Gracias.

Muchísimo ánimo a Daniel Nuevo y a su familia de Villanueva de Córdoba, en especial a sus primos que son unas personas excelentes y no me cabe duda que Daniel también lo es. Has sido un valiente por inmortalizar la foto de la violencia y la represión de un país que se gasta los millones para traer a un viejo chocho pero que no tiene dinero para terapias de control de la ira para los polis... Vergonzoso. Vomitivo.

Me mudo, me mudo de planeta fijo.

Nevermind

Recuerdo la primera vez que escuché a esos locos melenudos. Yo acababa de cumplir mis dieciocho años. Era la época de rebeldía. Por aquel entonces yo no sabía que aquel rubito de ojos azules se voló los sesos por culpa de Courtney Love, ni tampoco sabía que eso pasó cuando aún ni tenía diez años. Luego me han contado que la noticia salió en todos los telediarios. Pero yo era demasiado pequeña y en vez de preocuparme los sesos esparcidos por un almacén de leñadores, me centraba en mis dibus de Mofli y en los puzzles.


Con dieciocho años la cosa cambiaba. Hasta sentía pena por aquella víctima de unos padres violentos y una esposa loca... Pero luego comprendí que uno es dueño de su propia vida, por muchos problemas ajenos que te vengan. Y entonces me enteré de la adicción de Kurt, de sus horas y horas pegado a una goma y a una cuchara, recalentando un polvo de amapola que, en la mayoría de los casos, sólo conduce a la muerte. La droga de los pobres, la que asoló mi pueblo en los años 90 y también se llevó la vida de muchos jóvenes en todos los rincones del país. La droga que hace que te olvides de que la vida es una mierda.

En el verano de 1991, hace ya veinte años, el grupo con el nombre de un estado de ánimo -se puede traducir como ‘desatar’ (en referencia a los nudos de la mente) o como extinción, calma, quietud, desaparecer, cese, soplo de una vela (en donde la llama representa las pasiones incontroladas y se apaga)- sacó a la luz el que sería su disco clave, el que los haría comercial y los conduciría a su extinción. Sí, con este disco, por mucho que digan, el espíritu grunge se extinguió. Las multinacionales se tiraban los trastos para conseguir un contrato millonario. Las entradas valían un ojo de la cara. Y los tres componentes comenzaron a desquiciarse. Al escarceo con las drogas se sumó la desidia: horas y horas de carretera, ensayos, minutos en off con una jeringuilla en el brazo... e instrumentos destrozados. Era su forma de decir: ¿qué importa todo? ¿Qué importan estos instrumentos? Tenemos dinero a raudales. ¿Qué mierda importa todo esto cuando en mi interior lo único que siento es rabia?

Por eso, cuando ya no vio en el horizonte una salida, Kurt Cobain cogió su escopeta. O eso dicen. Siempre quedará la duda. Fue él. Fue Courtney. Fueron sus fans, sus jefazos, la sociedad.

Qué importa ya. Tenemos su legado. Sus letras. Sus gritos desgarrados.
What's the matter? Nevermind.

Macondo

¿Conocéis la historia del pueblo imaginario Macondo, del premio Nobel García Márquez? Buceando por la red he encontrado esta bella canción de Óscar Chávez:


Los cien años de macondo sueñan,
sueñan en el aire,
y los años de Gabriel Trompetas,
trompetas lo anuncian,
encadenado aa macondo sueña,
don José Arcadio,
y aunque él la vida pasa haciendo,
remolino de reacuerdos.

Las tristezasa de Aureliano, el cuatro,
la belleza de Remdios, violines,
las pasiones de Amaranta, guitarras,
el embrujo de Melquiades, obóes,

Ursula cien años, soledad macondo,
Ursula cien años, soledad macondo

eres, epopeya de un pueblo olvidado,
forjado en cien años de amores a historia,
eres epopeya de un pueblo olvidado,
forjado en cien años de amores a historia,

Y me imagino y vuelvo a vivir,
en mi memoria quemada al sol,

mariposas amarillas,
Mauricio Babiloniaaaa,
mariposas amarillas, que vuelan liberadas,
mariposas amarillas,
Mauricio Babiloniaaaa,
mariposas amarillas, que vuelan liberadas.

Jornadas Mundiales de la JETA

Alga quisiera ser


Alga quisiera ser, alga enredada,
en lo más suave de tu pantorrilla.
Soplo de brisa contra tu mejilla.
Arena leve bajo tu pisada.

Agua quisiera ser, agua salada
cuando corres desnuda hacia la orilla.
Sol recortando en sombra tu sencilla
silueta virgen de recién bañada.

Todo quisiera ser, indefinido,
en torno a ti: paisaje, luz, ambiente,
gaviota, cielo, nave, vela, viento…

Caracola que acercas a tu oído,
para poder reunir, tímidamente,
con el rumor del mar, mi sentimiento.

Ángel González.

Instrucciones para salvar el mundo eternamente


Si ella se va no la perdones.
Si te deja cultiva bien tu odio.
Nunca seas generoso en olvido, si ella se va.
Si te deja no digas adiós
o "Qué vamos a hacerle", no pidas perdón.
No repases vuestras fotos
y, mirándole a los ojos,
regálale eterno tu odio.

Si ella se va no trates nunca de entenderla.
Maldice sus pasos.
Nunca creas sus despedidas, sus promesas, su explicación.
Y provoca llanto y dolor,
que queme su conciencia como el sol,
que el adiós le corte como una cuchilla.
No te confundas, ella es la asesina.

Porque cuando ella se va
alguien la esperará en la esquina.
En otros brazos reirá con otras mentiras,
dirá "Te amo, cuanto tiempo te he estado esperando".
Y te olvidará, todo habrá muerto,
y aquel otoño nunca habrá sido vuestro.
Para qué mentir, que ella se lleve,
aunque dure poco, tu odio para siempre.

Ismael Serrano.

Solidaridad cristiana

 
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