La polilla no tiene la belleza de la mariposa.
Sin embargo, la vida le ha hecho más fuerte.

Votre bouche



Toco tu boca, con un dedo toco el borde de tu boca, voy dibujándola como si saliera de mi mano, como si por primera vez tu boca se entreabriera, y me basta cerrar los ojos para deshacerlo todo y recomenzar, hago nacer cada vez la boca que deseo, la boca que mi mano elige y te dibuja en la cara, una boca elegida entre todas, con soberana libertad elegida por mí para dibujarla con mi mano en tu cara, y que por un azar que no busco comprender coincide exactamente con tu boca que sonríe por debajo de la que mi mano te dibuja.

Me miras, de cerca me miras, cada vez más de cerca y entonces jugamos al cíclope, nos miramos cada vez más de cerca y nuestros ojos se agrandan, se acercan entre sí, se superponen y los cíclopes se miran, respirando confundidos, las bocas se encuentran y luchan tibiamente, mordiéndose con los labios, apoyando apenas la lengua en los dientes, jugando en sus recintos donde un aire pesado va y viene con un perfume viejo y un silencio. Entonces mis manos buscan hundirse en tu pelo, acariciar lentamente la profundidad de tu pelo mientras nos besamos como si tuviéramos la boca llena de flores o de peces, de movimientos vivos, de fragancia oscura. Y si nos mordemos el dolor es dulce, y si nos ahogamos en un breve y terrible absorber simultáneo del aliento, esa instantánea muerte es bella. Y hay una sola saliva y un solo sabor a fruta madura, y yo te siento temblar contra mi como una luna en el agua.

Rayuela (capítulo 7), de Julio Cortázar

Jugar o perder


"Lo raro es que al mismo tiempo
conozco que tú no existes
fuera de mi pensamiento"
Luis Cernuda, Viviendo sueños


Eres demasiado bonito para ser verdad. A veces creo que me pasa como a los poetas y sus musas: tú no existes. Sólo eres un producto de mi imaginación que me acuna en las noches y me da los "buenos días" desde el lugar más remoto de mi subconsciente.


No puedo explicar lo que siento por ti sin rallar en lo cursi. Aunque lo intento, no te creas. Yo lo comparo con un globo, rojo y repleto de aire, que me eleva a las nubes. Y yo soy un Ícaro insconciente, que vuela hacia el Sol, sin miedo. Me da igual que me cortes las alas, que te las comas a mordiscos, que las pegues con Super Glue barato y se desmoronen. La vida es eso: arriesgarse a amontonar piezas que se pueden caer. Y yo quiero jugar contigo al TENTE, al Minecraft o a Los Sims. Da igual lo que elijas, lo importante es lo que construyamos.

Todas las canciones


Kaikki kappaleet ovat sinusta.

Where is my man


Nunca te tengo tanto como cuando te busco

sabiendo de antemano que no puedo encontrarte.
Sólo entonces consiento estar enamorada.
Sólo entonces me pierdo en la esmaltada jungla
de coches o tiovivos, cafés abarrotados,
lunas de escaparates, laberintos de parques
o de espejos, pues corro tras de todo
lo que se te parece.
De continuo te acecho.
El alquitrán derrite su azabache,
es la calle movible taracea
de camisas y niquis, sus colores comparo
con el azul celeste o el verde malaquita
que por tu pecho yo desabrochaba.
Deliciosa congoja si creo reconocerte
me hace desfallecer: toda mi piel nombrándote,
toda mi piel alerta, pendiente de mis ojos.
Indaga mi pupila, todo atisbo comprueba,
todo indicio que me conduzca a ti,
que te introduzca al ámbito donde sólo tu imagen
prevalece y te coincida y funda,
te acerque, te inaugure y para siempre estés.

Ana Rossetti (San Fernando, Cádiz, 1950)

Glíglico


Apenas él le amalaba el noema, a ella se le agolpaba el clémiso y caían en hidromurias, en salvajes ambonios, en sustalos exasperantes. Cada vez que él procuraba relamar las incopelusas, se enredaba en un grimado quejumbroso y tenía que envulsionarse de cara al nóvalo, sintiendo cómo poco a poco las arnillas se espejunaban, se iban apeltronando, reduplimiendo, hasta quedar tendido como el trimalciato de ergomanina al que se le han dejado caer unas fílulas de cariaconcia. Y sin embargo era apenas el principio, porque en un momento dado ella se tordulaba los hurgalios, consintiendo en que él aproximara suavemente su orfelunios. Apenas se entreplumaban, algo como un ulucordio los encrestoriaba, los extrayuxtaba y paramovía, de pronto era el clinón, las esterfurosa convulcante de las mátricas, la jadehollante embocapluvia del orgumio, los esproemios del merpasmo en una sobrehumítica agopausa. ¡Evohé! ¡Evohé! Volposados en la cresta del murelio, se sentía balparamar, perlinos y márulos. Temblaba el troc, se vencían las marioplumas, y todo se resolviraba en un profundo pínice, en niolamas de argutendidas gasas, en carinias casi crueles que los ordopenaban hasta el límite de las gunfias.

Julio Cortázar, Rayuela, capítulo 68

De lirios y de éxtasis


Todos los cuentos algo eróticos
que me contabas antes de dormir,
se han instalado en mi cabeza.

Y hay un agujero negro que se traga
cualquier intento de ser delicada,
queda una lujuria depravada.

Y el morbo se adueñó de la conversación,
no dejaremos nada a la imaginación.

A veces me canso de tanta poesía,
que quiero decirte a viva voz todo lo que te haría.

La cama está perdida de éxtasis,
de orgasmos míticos y frenesí
y de delirios de grandeza.

Y de nada sirve ya, de nada vale,
domesticar a nuestros animales
siendo salvajes y carnales.

De lirios y de éxtasis, Boza

La imagen es de Desapareciendo,
un blog que me fascina.

Viva el rock


Se conocieron en agosto entre el tumulto de cuerpos que bailaban por las calles. Aquel primer día no se quisieron mirar a los ojos, pero unieron sus labios entre paredes decoradas con frases de amor. La ciudad era un frasco de cristal efervescente, lleno de calor, así que ellos bailaron una canción lenta para que el tapón de la magia no volase

Miss X


Miss X, sí, la menuda Miss Equis, 
llegó, por fin, a mi esperanza: 
alrededor de sus ojos, 
breve, infinita, sin saber nada. 
Es ágil y limpia como el viento 
tierno de la madrugada, 
alegre y suave y honda 
como la yerba bajo el agua. 
Se pone triste a veces 
con esa tristeza mural que en su cara 
hace ídolos rápidos 
y dibuja preocupados fantasmas. 
Yo creo que es como una niña 
preguntándole cosas a una anciana, 
como un burrito atolondrado 
entrando a una ciudad, lleno de paja. 
Tiene también una mujer madura 
que le asusta de pronto la mirada 
y se le mueve dentro y le deshace 
a mordidas de llanto las entrañas. 
Miss X, sí, la que me ríe 
y no quiere decir cómo se llama, 
me ha dicho ahora, de pie sobre su sombra, 
que me ama pero que no me ama. 
Yo la dejo que mueva la cabeza 
diciendo no y no, que así me cansa, 
y mi beso en su mano le germina 
bajo la piel en paz semilla de alas. 
Ayer la luz estuvo 
todo el día mojada, 
y Miss X salió con una capa 
sobre sus hombros, leve, enamorada. 
Nunca ha sido tan niña, nunca 
amante en el tiempo tan amada. 
El pelo le cayó sobre la frente, 
sobre sus ojos, mi alma. 

La tomé de la mano, y anduvimos 
toda la tarde de agua. 

¡Ah, Miss X, Miss X, escondida 
flor del alba! 

Usted no la amará, señor, no sabe. 
Yo la veré mañana.


Jaime Sabines.

Tiene usted el corazón en modo avión


Tiene miedo y se esconde detrás de su sonrisa. No quiere abrir demasiado su corazón, no vaya a ser que los restos del naufragio acaben por ser devastados por el temporal.

Cierra sus ojos y piensa en cómo ha cambiado la vida en los últimos meses. Cosas buenas y cosas malas. Se recoge su melena rubia mientras las arrugas aparecen a ambos lados de sus ojos llorosos.

El reflejo del espejo le muestra a una chica de 30 con alma de niña. Se siente cansada mientras se sube las medias y se coloca la minifalda.

El concierto está a punto de comenzar. Afina sus graves.

Vamos a andar por los cables


Se fue y dejó su olor
entre las sábanas.
Ella, al principio,
se apenó por su ausencia.
Pero luego, hizo de aquel perfume
la razón de su existencia.

About me


Soy bastante torpe. Lo mismo me tropiezo con una piedra que me dejo los hombros en los quicios de las puertas. Siempre me encuentro moratones que no sé cómo han llegado ahí. Los golpes ya no me duelen: estoy inmunizada. Ayer mismo me pinché en el dedo y me enteré porque tenía un puntito rojo de sangre. Soy demasiado despistada. Siempre estoy pensando en las musarañas, imaginando mundos mejores que éste. Eso no es nada difícil. Lo que es un suplicio es plasmar las imágenes al texto, me encantaría poder dibujar, pero cuando lo hago parecen obras de niños de tres años. Me indigno a menudo, por casi todo. No me gustan las injusticias, y menos las que son llevadas a cabo sobre personas que no se pueden defender. A veces me gustaría tener un rayo láser mortal en los ojos, pero entonces no podría mirarme al espejo para peinarme... Sí, aunque nunca lo parezca, me peino todos los días. O casi todos. Todo lo que hago tiene una razón, aunque parezca que no. Soy despistada pero no tengo ni un pelo de tonta. Tengo mis sueños y mis pasiones. Creo en el amor a pesar de todo. El corazón se ha curado y (jódete) no me han quedado cicatrices. Soy feliz y no me importa reconocerlo: algún día os contaré el secreto.

Le look


No quiero mirarte a los ojos.
Se me sale el alma por la pupila
y no quiero que sepas que me encantas.

Ganas


Hoy te toca ganar.
Jugaremos a lo que elijas.
Soy mala en el parchis y la oca.
Cerraré los ojos cuando tires los dados.
Dejaré que hagas trampa: no me importa hoy.
Te tengo tantas ganas que no me importa perder.
Si tú eres el ganador, dejaré que elijas el premio.

Es un trato justo: salimos ganando los dos.

Extraña



Quiero que sepas que eres el culpable
de que hoy me sienta extrañamente bien,
de que hoy me sienta extraña...

En la habitación, Zahara

Vergüenza



Si tú me miras, yo me vuelvo hermosa
como la hierba a que bajó el rocío,
y desconocerán mi faz gloriosa
las altas cañas cuando baje al río.

Tengo vergüenza de mi boca triste
de mi voz rota y mis rodillas rudas;
ahora que me miraste y que viniste,
me encontré pobre y me palpé desnuda.

Ninguna piedra en el camino hallaste
más desnuda de luz la alborada
que esta mujer a la que levantaste,
porque oíste su canto, la mirada.

Yo callaré para que no conozcan
mi dicha los que pasan por el llano,
en el fulgor que da a mi frente tosca
y en la tremolación que hay en mi mano...

Es noche y baja a la hierba el rocío;
mírame largo y habla con ternura,
¡que ya mañana al descender al río
la que besaste llevará hermosura!
Gabriela Mistral (1889-1957)
 
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