¿Sabes lo que pasa cuando tiras una piedra al agua? Que perturbas su calma, su quietud, y se crean las ondas. Si estás cerca de donde ha caído la piedra puede que, incluso, te mojes: hay que ser cautos a la hora de tirar piedras, pues sin quererlo a veces nos puede salpicar.
Nuestras vidas son como el agua en calma, que en ocasiones se mece por la brisa del viento. Cualquier decisión o paso que demos derivará en otras acciones o consecuencias.
A veces da miedo ver cómo las ondas se reproducen. Supongo que es ley de vida, que todo debe fluir, y como el agua, seguir su curso natural. En nuestras manos está la posibilidad de que el río, el manantial y el lago no se sequen y que en sus orillas florezca la belleza.
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