¡Aniversario del blog de la Polilla!

¡Hola! A pesar de tenerlo apuntado en el calendario, se me pasó por completo que ¡este blog cumplió el lunes tres añitos de vida! Con casi 450 entradas, el blog que comenzó como sustituto del que tenía en el periódico Qué ha ido poco a poco ganando su huequito en el infinito mundo de las bitácoras cibernéticas, con una media de 300 visitas al día. ¡Gracias a todos!

A lo largo de este año se han hecho varios cambios en el diseño, con la cabecera del blog como mi más preciado logro en el mundo del Photoshop (risas). Incluso, ¡el blog se hizo famoso! y salió en algunas televisiones y en la mayoría de periódicos, por un tema bastante triste: la desaparición de Marta del Castillo (desde este pequeño rincón mando muchos ánimos a su familia, ¡tarde o temprano se hará justicia!)

En este año bloguero, han pasado cosas muy buenas y felices, y otras no tanto. Mi abuelo siempre estará en mis escritos:

Te debo un libro, que tengo en mi cabeza
lo escribo a diario, recuerdos desde pequeña,
chocolate y cama caliente, palabras de abuela.
Una rima triste... Vida perecedera.
(Tu última Navidad)

Por otra parte, y ya que estamos de celebraciones... hoy es mi mesario, uno de miles, con el filósofo. ¡Felicidades casi conductor!

Por todo esto... hoy voy a dejar constancia de varias de mis aficiones: Shakespeare y el heavy, con una bella canción que he descubierto hace poco. Es de Leo Jiménez, el cantante de Saratoga y Stravaganzza... sí, sí, ese que "dicen" (ejem, ejem) que está buenorro y que tiene uno de los mejores falsetes del heavy español actual.

La canción se llama Bella Julietta...

Nómbrame esta vez susurrándome.
Bésame otra vez,
embrujándote.
Cierra los ojos sin querer,
acaríciame,
reconociéndonos la piel al amanecer.

Me roba su corazón
jurándome eterno amor,
se va entre mis manos su calor.
Los labios que condené,
princesa que siempre amé,
cruzaré al otro lado en donde estés.

Llora sin saber,
nos tocó perder.
Bésame otra vez, embrujándome.
En mi memoria del ayer
donde te encontré,
entre mis brazos la arropé:
no te dejaré.

Me roba su corazón
jurándome eterno amor,
se va entre mis manos su calor.
Los labios que condené,
princesa que siempre amé,
cruzaré al otro lado en donde estés.

Y el silencio una vez más...
¡No te vayas, quédate!
Siento frío, oscuridad.
Tu sonrisa hará que vuelva a despertar, una vez más.

Yo te esperaré...
No te dejaré...
Cuando abras los ojos
te prometo que estaré.

¡Un saludo de Polilla!