Este dolor se tiene que arreglar con algo.
No se puede sufrir de esta manera tan injusta
sin que la vida nos entregue otra cosa a cambio.
Este dolor tiene que terminar un día;
romper con los dientes tanto desengaño;
que vengan los padres y nos besen;
que lleguen las madres y nos acunen;
que vuelva la primavera y lo desborde todo
de verdad y de milagros.
Porque es injusto sufrir de esta manera.
No hemos cometido otro pecado
que el de querer y confiar en la esperanza
y estar sin la esperanza todo el rato.
Este dolor tiene que terminar un día.
La vida tiene que entregarnos algo
de lo que nos debe
a todos los que creímos tanto en la justicia
y en la alegría
y estamos llorando.
Empiezo la semana bloguera con un poema de dolor. Pues el dolor me asedia el cuerpo, y ando de nuevo con los riñones doloridos, y las lágrimas sin sal ya.
Un saludo.
Rocío Segovia.
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