El verano le arrastró como la marea se lleva las ramas secas de guerras pasadas. Pero Septiembre trajo nuevas voces, y todas pedían lo mismo: volver a leer sus historias de fantasía.
¿Podría volver a escribirlas, acaso soñar con ellas?, pensaba mientras el paisaje cien veces conocido corría a través de la burbuja de cristal manchada de vaho. Quizá nada volvería a ser igual, y aunque las letras dieran vida a sus emociones, y las páginas abiertas siguieran conmoviéndole, ella sabría que el mundo maravilloso sólo podía existir allí. La vida debería seguir su curso.
Quizá surgieran nuevos cuentos durante sus viajes interminables, donde la somnolencia hacía mella e inevitablemente se dejaba llevar por sus locuras pseudoliterarias. Quizá las charlas a media voz con la eterna estudiante (tan eterna como ella misma) sirvieran para divagar, encontrar nuevas formas, de envolver su rabia en esperanza.
Sí, estoy de vuelta.
1 aleteos de polillas:
En los ojos del espejo la música refleja la verdad.
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