Afganistán, hace muchos años, tenía monarquía. Fue en 1973 cuando, tras un golpe de estado, se impuso la república. Cinco años más tarde, se instaló un gobierno comunista, que fue arrasado por la intervención Soviética.
Después de esto, volvió a reinar el caos (si es alguna vez dejó de existir) y la guerra civil, y en 1996 Afganistán fue tomada por los talibanes. Hasta que en el 2001 Estados Unidos invadió el país: los talibanes se fueron, pero el miedo continuó.
Tras la lectura de Cometas en el cielo, del afgano-americano Khaled Hosseini muchas ideas invaden mi mente.
La primera y más importante, es que antes de todas estas guerras que ya he comentado, las mujeres afganas no llevaban burkas, ni eran lapidadas. Tenían los mismo derechos que los hombres. Hasta que la ley Sharia las obligó a esconderse del mundo.

Después de esto, volvió a reinar el caos (si es alguna vez dejó de existir) y la guerra civil, y en 1996 Afganistán fue tomada por los talibanes. Hasta que en el 2001 Estados Unidos invadió el país: los talibanes se fueron, pero el miedo continuó.
Tras la lectura de Cometas en el cielo, del afgano-americano Khaled Hosseini muchas ideas invaden mi mente.
La primera y más importante, es que antes de todas estas guerras que ya he comentado, las mujeres afganas no llevaban burkas, ni eran lapidadas. Tenían los mismo derechos que los hombres. Hasta que la ley Sharia las obligó a esconderse del mundo.

Conoceréis esta foto: se trata de Sharbat Gula (aquí con doce años), la refugiada afgana de ojos claros que un día se hiciese famosa al ser fotografiada por Steve McCurry. A continuación, la misma mujer, dieciocho años después, y con los signos inequívocos de una guerra.


A continuación, la misma mujer, pero obligada a llevar el burka.




A continuación, la misma mujer, pero obligada a llevar el burka.


A continuación, un reportaje de ADN.es sobre la mujer en Afganistán:
Y esta es la realidad. A nosotros nos parece mentira que esto suceda en el siglo XXI, pero sigue pasando, mientras en otras partes del mundo las mujeres alcanzan poco a poco puestos de poder, en Afganistán las mujeres siguen siendo obligadas a ser mascotas, a ser castigadas por sus amos, dueños y señores del pedazo de carne que se esconde bajo el pedazo de tela con agujeritos para que al menos no se tropiecen con las piedras del camino. Por suerte aún existen personas que luchan por ellas, pocas, pero suficientes para que el mundo se entere de su no-existencia en un país marcado por el odio, la religión fanática y el miedo a los barbudos con kalashnikovs.
Puedes leer acerca de las dos fotografías, AQUÍ.

Sus ojos siguen reflejando los mismo: el miedo a morir en cualquier momento. Unos ojos sin derecho a ser observados.
Un saludo, ojalá te sirva este post para reflexionar.
Puedes leer acerca de las dos fotografías, AQUÍ.

Un saludo, ojalá te sirva este post para reflexionar.