“Tengo, del mismo modo,
que confesarte de una manera dulce
que te he olvidado,
que tus fotos son una caricia del pasado
pero en mi mañana ya no te miro,
que he aprendido que recordarte
no es más que un beso a mi herida
para que no se sienta tan sola
como yo cuando me la hiciste,
que aquí hace tiempo que ya es primavera
aunque haya días de tormentas torrenciales
pero mírame: he aprendido a bailar
-quién lo diría, amor,
con esta vida que llevo tan llena de tropiezos-.
No sé dónde estás
pero sé que en el lugar que sea
estarás orgullosa de mí por olvidarte.
Te he olvidado,
amor roto.
Pero no tengas miedo
a que nadie te recuerde:
la poesía jamás te olvidará.”
Elvira Sastre
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