Imaginé las risas infantiles, aún inocentes, dejando sus huellas en la arena negra. Las voces seseantes de los cuerpos pecosos, tostados y de sangre mora. Los asentados dictámenes de los hermanos, degustando un vino fino bajo la sombrilla. Las cómplices miradas de las mujeres, complacientes pero con carácter.
Imaginé el tiempo atrás, en el que mis ojos no pudieron disfrutar del blanco satén y los tacones olvidados. Un "sí quiero" y una voz que hoy viaja por el viento.
Todo tiene su razón de ser. Su momento, su tiempo. La vida necesitaba ponerse en calma para que pudiera disfrutar de esta tierra tranquila.
2 aleteos de polillas:
Todo tiene su tiempo y a veces, en otro, cuesta entenderlo. Pero hacer un ejercicio de comprensión trasladándonos, imaginándonos, en otro lugar, en otro espacio que no es el nuestro para que algo nos guste... ¡Eso es fortaleza!
(Espero que le salga bien.)
Gracias por el comentario. Ciertamente es fortaleza... renacer de las cenizas de un pasado cubierto de lava.
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