El monstruo que lee
Yo mataré monstruos por ti, sólo tienes que avisar... canta Love of Lesbian.
Pero yo a este monstruo no lo mato, ya que siente, como yo, pasión por la lectura.
Amor y muerte
Leopardi en sus Canti.
«De este modo queda transmutado el sentido espontáneo y obvio de estos términos, siendo la muerte de amor verdadera vida, siendo entonces muerte, en sentido negativo y pavoroso que este término, la “muerte en vida”, la muerte de quien deja de vivir, la muerte del que deja de padecer, de sufrir, de amar: la muerte del sujeto pasional, la muerte de la pasión».
Eugenio Trías en su Tratado de la pasión.
«No tiemblo al tomar el cáliz terrible y frío que me dará la embriaguez de la muerte. Tú me lo has prestado y no vacilo. Así van a cumplirse todas las esperanzas y todos los deseos de mi vida, todos, sí, todos.»
Goethe en su Werthe.
El Amor y la Muerte se dan la mano.
Atreverse
Atreverse: prnl. Determinarse a algún hecho o dicho arriesgado.
Ejemplos: No se atreve a dar el salto. No se atrevió conmigo.
Podría pedirte ahora mismo que regresaras. Pero me da miedo. Podría olvidar todo lo que mi alma teme. Pero no me atrevo...
Difícil: adj. Que no se logra, ejecuta o entiende sin mucho trabajo.
Ejemplos: Que todas las caras del cubo de Rubik sean del mismo color, al menos, para mí.
Que las personas cambiemos...
La maldición del silencio
"Entonces, irritado, maldije con la maldición del silencio el arroyo y los nenúfares y el viento y el bosque y el cielo y el trueno y los suspiros de los nenúfares. Y golpeados por la maldición quedaron mudos."
Edgar Allan Poe, "Silencio", incluido en Cuentos.
Tetris
Coral, a veces me sorprendes con estas perlitas.
Sí, estoy jugando al "tetris" todo el día...
Utopía no, justicia.
"Cambiar el mundo, amigo Sancho, que no es locura ni utopía. Sino justicia.”
Miguel de Cervantes, El Quijote.
Mañana
Mañana tal vez tenga que sentarme frente a mis hijos y decirles que fuimos derrotados. Que no supimos como hacer para ganar.
Pero no podría mirarlos a los ojos y decirles que ellos viven así porque yo no me animé a luchar.
Los colores de una sombra
Y mis naves ya se hunden
sólo al mencionarte,
naves que se hunden,
os saluda digno y roto el capitán.
Cada vez que te recuerdo viene a mí una imagen,
éramos tú y yo de safari en el parque...
Love of Lesbian.
Son los nuestros
Están hartos. Saturados de discursos y prácticas tramposas. Escandalizados de que tanto ladrón ilustre acapare los flashes y las cabeceras de los informativos en lugar de las crónicas de los juzgados de guardia. Dolidos por causa de la sordidez de las políticas al uso, aparentemente dictadas por esos inventos exculpatorios denominados mercados. Atónitos ante la degradación y caricaturización de conceptos como Justicia, Libertad o Democracia. Zaheridos por el permanente agravio que suponen el despilfarro de una minoría frente a los esfuerzos infructuosos para supervivir, de una mayoría. Lúcidamente rebeldes ante una pasividad generalizada y además cultivada por la cultura oficial instalada en medios de comunicación, el adocenado lenguaje político al uso y los penosos discursos de tantos tenores huecos.
Se han lanzado a la calle y la siguen llenado sin complejos, poniendo en evidencia a quienes debían y debíamos haberlas llenado antes. Creo que todavía no son plenamente conscientes del valor y del ejemplo de su acción; no sé si han caído en la cuenta de lo que apuntan, de lo que han empezado a entreabrir y orear. Tienen la ingenuidad y la imprudencia de todos aquellos que se han atrevido a decir que el rey está desnudo y que la farsa es eso, una farsa.
Y lo hacen- a tenor de las declaraciones de sus portavoces- con una finísima mezcla de sentido común, valentía moral y madurez ciudadana que los hace casi únicos en este páramo berroqueño en el que la Ética y los valores ni cotizan en bolsa ni tampoco en las urnas. España siempre se parece a sí misma. Por las trazas se deduce que ellos se suman con fuerza joven a una minoría que siempre ha intentado acabar con esa miseria de nuestra historia. Tienen vocación de mayoría cívica capaz de desalojar de su aconchado caparazón a esa otra mayoría que traga connivente y cómplice.
Los he acompañado por la calles de Córdoba el día 15 y me he sentido de ellos. A mis años y con la hoja de servicios amarilla de tiempo he sentido el impulso de intensificar ante mí y ante los míos, mi nunca abandonada lucha. Son los nuestros; y esta expresión quiere poner especial énfasis en la acepción de pertenencia que el posesivo conlleva; son los nuestros porque les pertenecemos. Son los nuestros porque rezuman aquella voluntad de cambio que otrora dio sentido a nuestra apuesta política. Lo han dejado claro, son apartidistas pero no apolíticos. Gracias compañeros y compañeras por esa decencia y sabiduría que por desgracia sólo están al alcance de vosotros y unos pocos más.
Creo, como comunista organizado, que nuestra militancia comunista exige de nosotros y a título personal, enrolarnos, comprometernos y engrosar sus filas sin más soldada ni recompensa que la gratificante sensación de que volvemos de nuevo a galopar hacia Utopía; o lo que es lo mismo hacia la honestidad, la justicia, la igualdad y el lenguaje limpio y veraz al servicio de la comunicación de ideas.
Cuando acabe el coro de grillos en el que el bipartidismo y adheridos han transformado la campaña electoral y asistamos al rigodón de pactos, repactos y contrapactos, no olvidemos que ya hay quien nos mira limpia y organizadamente; ya hay quien nos va a demandar algo más que lo políticamente correcto para hoy y hambre para mañana. Los mejores editoriales, las más incisivas crónicas, los más claros análisis y los juicios más justos no se hacen ahora en los medios (casi siempre mediatizados) sino en las calles y plazas de España. Demostremos que Democracia es mucho más que el rito cuatrienalmente repetido.
JULIO ANGUITA DIXIT.
Represión en el Madrid del siglo XXI
Este texto que reproduzco a continuación circula ya por internet, aunque fue la revista Rolling Stone en su web (rollingstone.es) quien lo ha recopilado. Sorprende leer esta declaración y las supuestas acciones de una policía de un país "democrático" en pleno siglo XXI. Un país avanzado, del "primer mundo", que, como leemos en el siguiente cartel, deja acampar para ver a una adolescente chillona pero no para protestar. Al final será verdad eso que dije hace tiempo... y tendré que ir comprándome un billetito para otro planeta más civilizado.
“¿Con esos pantalones de maricón cómo vas a encontrar trabajo?”
Marcos Rebollo es periodista y profesor. Tiene 35 años. Nació en Santander y vive en Madrid. El pasado 15 de mayo se sumó a los miles de manifestantes que exigían en la capital un cambio de rumbo económico y político de nuestro país. Eran (y son, porque muchos de ellos siguen en la calle) manifestantes de izquierdas.Sin embargo, Marcos no volvió a casa aquella noche. Durmió en una celda de la Brigada de Información de laComisaría de Moratalaz. Fue detenido, junto con otros 18 mayores de edad (dos chicas, 16 chicos), minutos antes de llegar a su domicilio. “Ya había terminado la mani y me dirigía a casa. Andaba por calle Carretas [céntrica vía de Madrid] y se empezó a liar: me tropece con un contenedor ardiendo, bomberos, antidisturbios… Me iba a volver, pero entonces vi a un policía golpear a un chico con una bandera de la CNT. Le dije: ‘Bestia. ¡No le pegues!”. Y ahí estuvo su delito. Según afirma, escasos treinta segundos después, dos policías secretas, uno de ellos con la cara tapada haciéndose pasar por manifestante, se abalanzaron sobre él. Lo tiraron al suelo y lo llevaron a un coche. “Cuando ya estaba atado me dijeron que eran policías”, anota Marcos. Durante el trayecto hacia la comisaría, la cabeza de Marcos fue repiqueteando en el cristal que separa a los policías nacionales de los detenidos. “Llevaba las manos atadas e íbamos muy rápido”, cuenta el entonces arrestado.
Continúa: “Una vez en Moratalaz, nos obligaron a sentarnos de cara a la pared. Si girábamos la cabeza o los mirábamos a la cara, nos daban una colleja. A mí me cayó una. Nos pidieron un teléfono y el nombre de una persona con quien quisiéramos contactar. Pasadas dos horas, y todavía sentados en los pasillos de cara a la pared, pregunté que cuándo podría llamar. Los policías rieron a carcajadas. ‘Tú has visto muchas películas yanquis’, me soltó uno”. Las salidas de tono e injurias de los policías, según informa el manifestante, fueron constantes: “Se burlaban de nosotros. ‘¿Con esos pantalones de maricón cómo vas a encontrar trabajo?’, le dijo un policía a otro de los detenidos, que vestía pantalones bombachos. ‘Juventud sin futuro [nombre de uno de los movimientos de las protestas] ¿Cómo vais a tener vosotros futuro, pandilla de desarrapados?’, despotricaba, divertido, otro. Pasaban por detrás de nosotros: a uno le pisaron las manos.
Rebollo señala el abuso de autoridad de algunos agentes de policía (“a los que no podría reconocer porque o mantenían su cara tapada o no nos dejaban mirarlos a la cara”, puntúa). “Uno de los chicos tenía la nariz rota y le hicieron esperar siete horas hasta que lo vio un médico”, asevera. La detención se alargó hasta el martes por la mañana. Sólo liberaron antes a uno, porque tenía problemas del corazón. Los ya 18 detenidos abandonaron la comisaría un día y dos noches después de pisarla, a las 9 de la mañana y rumbo a los juzgados de Plaza Castilla. El juez los dejó en libertad, pero Marcos aún se enfrenta a los cargos de desacato a la autoridad e intento de agresión a un policía. Lo niega todo: “Se inventaron los cargos. Los rellenaron delante de nosotros y no fueron nada rigurosos”.
Algunos de los 19 detenidos en Madrid (en realidad fueron 24, pero a cinco de ellos se les trasladó a otro lugar por ser menores de edad) van a estudiar esta semana si denuncian a la policía, por maltrato y falsedad de la denuncia. Rebollo, de momento, está asimilando lo ocurrido. “Me sentí dentro de una peli de una dictadura”, dice. Remata su testimonio con la historia de otro de los jóvenes arrestados: “Venía de jugar al fútbol. Sólo quería coger el tren en Sol, pero acabó dentro de una furgoneta policial. Cuando los agentes vieron su mochila y encontraron una camiseta sudada y un balón, le espetaron: ‘¿Pero tú de dónde vienes, chaval?’. ‘Pues de jugar al fútbol. Ya os lo he dicho’, contestó él. Y los policías respondieron: ‘Pues ya no te podemos soltar. Así tienes algo que contar a tus nietos”.
ROLLINGSTONE.ES se ha puesto en contacto con la comisaría de Mortalaz para contrastar este testimonio, pero en su departamento de comunicación no han querido valorar el asunto: “Si los detenidos creen que la actuación policial no fue la correcta, deben denunciar al agente en cuestión y será el juez el que decida quién tiene razón. Aunque normalmente el juez siempre falla a favor de las autoridades. Este tipo de denuncias después de una manifestación son muy habituales”.
Recuerdo infantil
Una tarde parda y fría
de invierno. Los colegiales
estudian. Monotonía
de lluvia tras los cristales.
Es la clase. En un cartel
se representa a Caín
fugitivo, y muerto Abel,
junto a una mancha carmín.
Con timbre sonoro y hueco
truena el maestro, un anciano
mal vestido, enjuto y seco,
que lleva un libro en la mano.
Y todo un coro infantil
va cantando la canción:
mil veces ciento, cien mil,
mil veces mil, un millón.
Una tarde parda y fría
de invierno. Los colegiales
estudian. Monotonía
de la lluvia en los cristales.
Soledades. Galerías. Otros poemas. Antonio Machado.
Which one is the nice doll?
Este vídeo que os pongo a continuación me ha hecho llorar. Señala hasta qué punto los niños interiorizan el racismo y desarrollan una baja autoestima. Ante la pregunta ¿cuál es el muñeco más bonito? los niños son conscientes de que la sociedad ve que el blanco es el bonito, el bueno, y que los muñecos negros son los malos, los feos. Es muy triste cuando los niños se dan cuenta de que esos muñecos feos son ellos mismos. Pero ellos NO son culpables de que piensen de este modo. Es esta sociedad de mierda que pone límites y alza muros contra lo diferente.
Encuentre las diferencias
No pienso decir nada más que esto: ¿en qué clase de bárbaros nos estamos convirtiendo cuando salimos a la calle a festejar la muerte de una persona?
3:24
Despertarte súbitamente... Aún no es de día. Miras el despertador... 3:24.
Voces y una melodía de móvil. Pensar en aquellas manos arrugadas. Unas lágrimas amenazan en el borde de los ojos. La garganta apenas deja pasar el aire, el nudo se hace mayor y más apretado. Romper la oscuridad pensando que la persona que te crió y te enseñó a ser lo que eres se ha ido. ¡Abuela... aún no te vayas!
Conforme bajas los escalones tu cuerpo empieza a doler. No es ella. Aún no. La muerte ronda al tío de mi madre. Nos ronda a todos, si nos descuidamos.
Un poco de alivio.
Si hubiese sido ella la casa sonaría a llanto.
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